domingo, 23 de octubre de 2016

Emanuel De Witte

Emanuel de Witte
Interior con una mujer que toca el virginal

Emanuel De Witte  1617- 1691 pintor del barroco holandés, se le considera un genuino representante de la escuela de Delft. De Witte inicialmente pintó retratos así como escenas mitológicas y religiosas. Después de trasladarse de Delft a Ámsterdam en 1651 de Witte se especializó más y más en representar interiores de iglesia. A veces combinaba aspectos de diferentes iglesias para representar interiores de iglesias ideales. Destacaba en la composición y en el uso de la luz, creando “espacios de ambiente”.

El cuadro del que voy a hablar es “Interior con una mujer que toca el virginal”


Se trata de una pintura doméstica que ha llegado a ser el resumen del interiorismo holandés del siglo XVII.
Esta pequeña obra, ya que media 75 x 100cm, muestra una serie de habitaciones que se abren las unas a las otras, iluminadas por la luz que entra por las ventanas. Por la forma que la luz penetra en las tres habitaciones y la sugerencia de que por las ventanas se ven árboles, es probable que se trate de una casa en las afueras de la ciudad. 


La figura central es la de una joven que toca el  virginal, un instrumento popular en los Países Bajos de la época.

De Witte quería que su cuadro contara una historia, en este caso se puede interpretar de dos maneras:

De una forma superficial; se trata de una escena idílica y pacífica. Es temprano, se puede observar por el ángulo bajo del sol y porque la criada, visible al fondo, está ocupada con las tareas matutinas. La señora de la casa está sentada al instrumento musical, la habitación en la que se encuentra tiene varias funciones ya que se observa una mesa, tres sillas y una cama con dosel.

Una inspección más atenta revela que la mujer no está tocando a solas: en la cama, tras las cortinas;  hay alguien que escucha la música. Se trata de un hombre, ya que tiene bigote y toda su ropa está colocada en la silla en un primer plano.


Podemos ver la empuñadura de una espada y la forma despreocupada en la que está colocada la ropa, esto sugiere delicadamente que quizá no es el marido. En los Países Bajos con el Calvinismo se censuraba la infidelidad del matrimonio, la historia está oculta en una serie de enigmas, símbolos y significados secundarios.



La jarra de agua y la toalla en la mesa, la bomba para el agua y la mujer que barre el suelo pueden sugerir  “la limpieza que viene solamente después del arrepentimiento”, el pintor juega con la ambigüedad  ¿estará la mujer arrepentida? Nos da la espalda como avergonzada pero en el espejo que se sitúa encima del virginal no se le refleja la cara.



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