El cine en la Guerra Civil Española fue
utilizado como arma política y de propaganda, ya que ofrece tres elementos muy
interesantes para propagar un ideal que son: la imagen, el texto verbal y la música.
Al tener una diversidad de centros de
producción cinematográficos, proporcionó una gran variedad de puntos de vista,
así como de propuestas estratégicas e ideológicas. Por primera vez en los
conflictos bélicos del siglo XX, la cultura de la imagen jugó un papel muy importante
en esta Guerra Civil.
El cine producido en España durante este
tiempo es una fuente documental, que permite saber cuál era el entorno social e
histórico en el que fue producido.
Tras el fracaso de la sublevación
militar, iniciada el 17 de julio de 1936 en el Marruecos español, el
pronunciamiento se transformó en Guerra Civil quedando España dividida en dos
zonas irreconciliables. A partir de este instante aparecen dos cinematografías
diferenciadas:
La realizada por el bando republicano.
La de la zona nacional.
Con el inicio del conflicto bélico la
zona republicana disponía de los dos principales centros de producción cinematográfica
de España, Barcelona y Madrid, pues en ambas ciudades la rebelión militar
había sido sofocada. Mientras, el bando nacional solamente contaba con los
equipos cinematográficos que se habían desplazado a rodar un par de películas
en Andalucía.
Esta situación tuvo sus consecuencias
cinematográficas durante los primeros meses de guerra. Desde las primeras
semanas del conflicto armado, el bando republicano movilizó a toda la
industria cinematográfica, que estaba en su poder, como elemento ideológico y
político. En cambio, la producción de la zona nacional sólo consiguió despegar
gracias a la ayuda de Alemania, Italia y Portugal.
Las características comunes de las
producciones fílmicas producidas por ambos bandos:
-Defender la legitimidad y legalidad de
sus acciones por el bien de España.
-La descalificación del enemigo, en las
producciones republicanas se llamaba a los militares sublevados de
"fascistas", "traidores sin honor"…;en las películas
nacionales se llama a los republicanos "rojos", "canallas
marxistas"…
La principal diferencia cinematográfica
entre las producciones republicanas y nacionales es el nivel de censura con el
trabajaban los cineastas. Ya que en la zona republicana cuando la película o
documental estaba grabado se pasaba por la censura obligatorio. Mientras en la
zona nacional se tenía que pedir una serie de permisos y después de grabarlo
tenía que pasar por censura, esta censura no sólo era política, la
oficial, sino militar y religiosa. Otra diferencia entre los documentales
de ambas zonas es que la vida cotidiana era prácticamente inexistente en las
secuencias del bando nacional, donde predominan los temas militares.
España republicana
En la España
republicana la inmensa mayoría de las películas realizadas estuvieron
producidas por las centrales sindicales, los organismos gubernamentales, los
partidos políticos y muy pocas por la iniciativa privada. En un principio, los
estudios y laboratorios de cine de Barcelona y Madrid paralizaron su actividad
a la espera que la situación se aclarase. A medida que el conflicto fue
alargándose, Barcelona ganó importancia respecto a Madrid: por varios factores:
- La pérdida real de
Madrid como capital.
- La situación
geográfica de Barcelona: ya que era unan ciudad que tiene puerto y que dispone
de vías de comunicación con la frontera francesa, esto facilitaba la exportación
de las películas y la importación de material cinematográfico.
- Las
infraestructuras cinematográficas: y que Barcelona contaba con cuatro estudios
de rodaje: Orphea, Trilla-La Riva, Kinefon y Lepanto.
- la capital catalana
estaba alejada del frente de guerra, mientras que Madrid sufrió desde el otoño
de 1936 el asedio y bombardeos.
En un primer momento
las organizaciones anarcosindicalistas monopolizaron las producciones
cinematográficas, a partir de 1937 las únicas productoras que tuvieron una fueron
las relacionadas con organizaciones marxistas e instituciones
gubernamentales.
La República dedicó
un esfuerzo mayor, humano y económico a la propaganda cinematográfica.
La producción anarquista
Al iniciarse
la confrontación civil se paralizó la producción cinematográfica en Barcelona.
El Sindicato Único de Espectáculos Públicos (SUEP), controlado por la CNT-FAI,
pasó a controlar todas las salas de exhibición y gran parte de la infraestructura.
Como sindicato anarquista defendió los puestos de trabajo de sus afiliados y
era partidario de producir un nuevo cine revolucionario. El SUEP se transformó
en el Sindicato de la Industria del Espectáculo (SIE). A partir de este instante,
las producciones de la CNT-FAI aparecieron bajo la firma SIE Films. La CNT-FAI
fue, hasta finales de 1936, la productora cinematográfica hegemónica en el
bando republicano ya que produjo diversos cortometrajes de propaganda.
Reportaje del movimiento revolucionario en Barcelona (Mateo Santos) fue el primer
documental rodado durante la Guerra Civil, pues fue filmado entre el 19 y el
22 de julio de 1936 en la capital de Cataluña. Esta película nos muestra a las
fuerzas anarcosindicalistas luchando contra la sublevación militar en
Barcelona, así como el nuevo orden social que implantaron las fuerzas
anarcosindicalistas, el locutor comentaba que el éxito se debió al pueblo.
La producción cinematográfica de los anarquistas fue muy
importante tanto por su número como por la originalidad de varias de sus
películas.
Entre 1936 y 1938, la
CNT-FAI produjo alrededor de treinta números del noticiario España gráfica, con una
media de 8 a 10 minutos de duración. Las milicias catalanas actuaron
principalmente en los frentes de Aragón y Madrid. En las series Los
aguiluchos de la FAI por tierras de Aragón y Madrid tumba del fascio (1936-1937) se presentan sus
actuaciones tanto en la retaguardia como en el frente de batalla. La guerra es
vista como una lucha decisiva, sin cuartel ni tregua, donde se ventila un rumbo
nuevo de progreso y de justicia social revolucionaria.
SIE Films produjo diversas películas de
ficción: Aurora de esperanza (Antonio Sau, 1937) y Barrios
bajos (Pedro Puche,
1937) fueron sus dos largometrajes más ambiciosos por ser obras representativas
del cine social producido
por los anarcosindicalistas. ¡No quiero … No quiero! (1938) fue una película que según
palabras del propio director, Francisco Elías, fue obstaculizada por los
comunistas para la edición de la copia estándar y su posterior exhibición.
En Madrid, existía el Sindicato Único de
la Industria Cinematográfica y Espectáculos Públicos (SUICEP), de orientación
confederal, que produjo diversos documentales: la serie Estampas
guerreras (Armand
Guerra, 1936), Hijos del
pueblo (Domingo
Martín, 1937), ¡Así venceremos! y Evacuación (ambos realizados por Fernando Roldán
en 1937), Castilla libertaria y Frente libertario (ambos dirigidos por Méndez Cuesta en
1937)…
La Federación Regional de la Industria
Cinematográfica y Espectáculos Públicos (FRIEP), organización madrileña de
orientación anarquista produjo algunos documentales, entre ellos: Olivos
y aceite y Ganadería (ambos realizados por Antonio Polo en
1937) o Nuestro culpable (Fernando Mignoni, 1937) que es un largometraje
de ficción. La mayoría de estas películas tenían como tema central la consigna
"trabaja y lucha por la revolución".
Otra productora anarquista madrileña
fue Spartacus Films, la cual llegó a editar el noticiario Momentos
de España, del que se montaron pocos números. Como se puede
comprobar, la industria cinematográfica anarcosindicalista en Madrid tuvo una
producción menor respecto a la de Barcelona, debido a que el grado de afiliación
sindical no era comparable al de la capital catalana y a diversas dificultades.
Ello motivó que algunas películas no fueran terminadas: Hambrientos
del mundo (Domingo
Martín, 1937), Tierra Jarama (1937), Castilla
se liberta (Adolfo
Aznar, 1937) o ¡Caín! (Santiago Ontañón, 1938); todas
eran documentales menos ¡Caín! que era un
largometraje de ficción.
La producción gubernamental
En Cataluña,
el 12 de septiembre de 1936 se creó el Comissariat de Propaganda de la
Generalitat de Cataluña. De este organismo dependía el Departament de Cinema,
el cual sería bautizado con el nombre de Laya Films. La actuación más valiosa
del Departament de Cinema del Comissariat de Propaganda fue la creación de un noticiario.
Tres fueron las etapas por las cuales pasó este noticiario:
-Producidos
por Laya Films entre diciembre de 1936/enero de 1937 y marzo de 1937. Su título
fue Noticiario Laya Films o Noticiari
Laya Films, dependiendo
si la copia era castellana o catalana.
-Producidos
conjuntamente por Laya Films y Films Popular –productora afín al PCE y de la
cual se hablará más adelante– entre marzo y mayo/junio de 1937. Si la versión
era en catalán o castellano, el noticiario recibía la denominación Espanya
al dia o España
al día,
respectivamente.
-Producción,
de forma independiente, de Laya Films entre mayo/junio de 1937 y enero de 1939.
El noticiario se llamó Espanya al dia.
La producción de las organizaciones marxistas
Son aquellas películas producidas por
organizaciones marxistas afines o adheridas a la III Internacional: el Partido
Comunista español (PCE), el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC),
las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), la Unión General de Trabajadores
(UGT), la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura,
el Socorro Rojo Internacional, el 13 Regimiento de Milicias Populares
"Pasionaria" y la 46 División "El Campesino".
El máximo
organismo responsable de la producción cinematográfica del PCE y del PSUC fue
Film Popular. Film Popular nació como empresa distribuidora; primero de las
películas importadas de la Unión Soviética y, posteriormente, de sus propias
producciones y de otras organizaciones.
Antes de la creación de Film Popular como
productora, el PCE ya había producido algunos documentales como por ejemplo ¡Traición!
Fanjul, Mola, Franco, Queipo (1937) o Mando único (Antonio del Amo, 1937), este último
sobre la unificación del mando militar.
Anterior a
la firma Film Popular fue la creación, en el verano de 1936, de la Cooperativa
Obrera Cinematográfica afín al PCE y al Sindicato General de la Cinematografía
o Sindicatos de la Industria Cinematográfica de la UGT.
La labor más importante de Film Popular fue la edición del
noticiario España al día, creado
–como se ha apuntado antes– junto con Laya Films, y que fue coeditado por los
comunistas en versión castellana difundida fuera de Cataluña.
Se produjo diversos documentales de temática variada: Celestino
García Moreno (1937)
que narra cómo este hombre se enfrentó, él solo y con éxito, a trece tanques
enemigos, La cerámica de Manises y Tesoro
Artístico Nacional (realizadas
por Ángel Villatoro en 1937), La mujer y la guerra (Mauricio A. Sollin, 1938) sobre el
trabajo femenino no en el frente de batalla sino supliendo a los hombres en sus
puestos de trabajo en la retaguardia.
Es
lógico que el PCE viera a la Unión Soviética como un modelo a imitar. Por ello,
en algunos documentales se rinde tributo a este país. Una prueba, por ejemplo,
fue el documental Homenaje de Cataluña a la URSS (1937),
sobre los actos que se celebraron al cumplirse el vigésimo aniversario de la
revolución bolchevique.
La UGT no dedicó una especial atención al cine documental a
pesar de contar con un sindicato en el ramo de la industria cinematográfica.
Si no fuera por algún caso aislado, como el filme Banquete
de la UGT a los combatientes internacionales (1938),
se podría decir que la producción cinematográfica de este organismo fue nula
y que prefirió velar por los intereses de sus afiliados.
La producción privada
La marginación de la empresa privada en la cinematografía de la España republicana
fue casi absoluta durante la guerra. Sólo algunas pequeñas empresas
desarrollaron alguna actividad cinematográfica: Cifesa, Consejo Obrero o
Ediciones Antifascistas Films.
La Cifesa "republicana" produjo una serie de
documentales, como Cuando el soldado es campesino (1937) –sobre la intervención
de los milicianos en las faenas del campo en Valencia– y un noticiario, Noticiario
Cifesa, editándose el primer número en 1937.
Zona nacional
Cuando estalló la
guerra el bando nacional sólo disponía de los equipos cinematográficos que se
habían desplazado a rodar un par de películas en Andalucía: Asilo
naval (Tomás Cola) en
Cádiz y El genio alegre (Fernando Delgado) en Córdoba,
producidas por CEA (Cinematografía Española Americana) y Cifesa,
respectivamente.
En un primer momento,
la descoordinación política del bando nacional durante los primeros meses de
la guerra provocó que la producción cinematográfica quedara paralizada.
Además, al menos al principio del conflicto, la zona sublevada contra la
República movilizó la capacidad de otros medios de comunicación, como la radio
y la prensa, para difundir su ideario, en detrimento del cine.
A diferencia de la
zona republicana, en el bando nacional fueron muchas las películas que
estuvieron producidas por la iniciativa de índole privada: Cifesa, CEA,
Cinesia, Films Patria, Ufilms o Producciones Hispánicas.
Las empresas privadas
El equipo de Cifesa, que estaba rodando El
genio alegre en
Córdoba, se integró en el Gabinete Civil y Diplomático del Ejército del Sur,
pues la sucursal sevillana de Cifesa –convertida en sede central de la empresa
en la España nacional– decidió trasladar los equipos de Córdoba a Sevilla.
El primer documental realizado por el bando nacional fuera Entierro
del general Sanjurjo (José
Nunes das Neves, 1936), producido por Cifesa. También realizó una serie, Reconstruyendo
España, entre 1937 y 1938 en el que se explicaba la labor de
reedificación desarrollada por el Ejército nacional tras conquistar un pueblo
o ciudad.
El equipo de CEA, que estaba rodando Asilo
naval en San Fernando (Cádiz), se puso a las órdenes de la
Comandancia de la Marina de Cádiz.
Posteriormente, todo el equipo se trasladó a San Sebastián, por
decisión de su presidente, el banquero Rafael Salgado, donde instaló unos
improvisados laboratorios que fueron utilizados por la productora carlista
Cine Requeté. Documentales para los carlistas: Con
las Brigadas navarras (1936)
y La toma de Bilbao (1937).
Bajo la iniciativa del coronel Juan Beigbéder Atienza, alto
comisario de España en Marruecos, CEA produjo Romancero marroquí (Carlos Velo y Enrique Domínguez
Rodiño, 1939).En esta pelicula se
explica la forma de vida de los marroquíes y cómo éstos participaban
militarmente junto al Ejército nacional.
El Estado Mayor Centra y Falange Española
El Ejército
sublevado poseía algunas cámaras y equipos cinematográficos reducidos. Por
ello, no ha de extrañar que el Estado Mayor Central del Ejército nacional
produjera sus propios documentales, como es el caso de La
reconquista de Málaga (1937) y Belchite (Andrés Pérez Cubero, 1938).
Como el
Ejército no disponía de operadores profesionales, cuando había que realizar
una película recurría a la experiencia de ellos.
A diferencia
de la zona republicana, en la España nacional los partidos políticos no realizaron
ninguna actividad propia en el campo de la cinematografía. Falange Española y
de las JONS fue la excepción.
Falange, a
través de su Servicio de Prensa y Propaganda, creó una sección cinematográfica
que produjo diversos documentales. Frente de Vizcaya y 18 de
julio (1937) fue
una de las primeras películas que produjo este organismo y explica la campaña
final en el Norte y los actos conmemorativos del 18 de julio de 1937 en
Salamanca.
Otras película de la sección de cinematografía de la
Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de FET y de las JONS fueron: Alma
y nervio de España (1936), La
guerra por la paz (1937)
y Voluntad: Falange en Argentina (1938) todas ellas dirigidas
por Joaquín Martínez Arboleya.
El Departamento Nacional de Cinematografía
El 30 de
enero de 1938, el general Franco disolvió la Junta Técnica y constituyó el
primer gobierno creando once ministerios. El 1 de abril de ese mismo año se
fundó el Departamento Nacional de Cinematografía, dependiente de la Dirección
General de Propaganda del Ministerio del Interior. Manuel Augusto García
Viñolas estuvo al frente de dicho departamento. A partir de este instante, la
producción fílmica de la zona nacional se basó en un mayor control. En una orden
ministerial del 2 de noviembre de 1938 se establecíeron unas normas para la
censura. En ella se especificaba que "siendo innegable la gran influencia
que el cinematógrafo tiene en la difusión del pensamiento y en la educación de
las masas, es indispensable que el Estado lo vigile, en todos los órdenes en
que haya riesgo de que se desvíe de su misión".
Por lo
tanto, las funciones del Departamento Nacional de Cinematografía fueron dos:
-Producción de documentales y noticiarios.
-Control y regulación de la
producción nacional y de la extranjera que se importase a la España nacional.
La prioridad del Departamento fue la de poner en
funcionamiento los servicios de producción, realización y difusión de aspectos
relacionados con la guerra. En junio de 1938 se produjo el primer número del Noticiario
español, impulsado por García Viñolas. Este noticiario incluía diversas
noticias en cada edición, predominando los temas militares. En cierta manera, Noticiario
español se puede considerar un antecedente del NO-DO.
Durante la Guerra Civil española se realizaron diecinueve números con una
duración aproximada de diez minutos.
Además del Noticiario español, el
Departamento Nacional de Cinematografía produjo diversos documentales sobre
diferentes aspectos del último año de guerra. La batalla del Ebro (Antonio de Obregón, 1938) fue
un filme sobre la contraofensiva nacional en este combate que culminó en
noviembre. Tras esta batalla, el Ejército republicano estaba sin armas y
desmoralizado. Aprovechando estas circunstancias, los nacionales lanzaron un
ataque sobre Cataluña a finales de diciembre, que acabó siendo ocupada en
febrero. La liberación de Barcelona y La
gran parada militar de Barcelona (ambas
de 1939) ponen en imágenes, respectivamente, la entrada del Ejército nacional
en la Ciudad Condal, el 26 de enero, y los actos conmemorativos que se
celebraron en dicha capital, días después, con la asistencia de Franco. El
documental ¡Vivan los hombres libres! (Edgar Neville, 1939) muestra las
torturas que se practicaban en una checa barcelonesa. Con el enemigo deshecho,
el Ejército nacional entró sin dificultades en Madrid el 28 de marzo. Cuatro
días más tarde finalizó la guerra civil. Para celebralo se produjeron La liberación de Madrid y El gran desfile de la victoria en
Madrid (las dos de 1939).
Conclusión
Las
películas filmadas en España entre 1936 y 1939 transmiten testimonios de primer
orden de la vida cotidiana, tanto en la retaguardia como en los frentes de
batalla. El bando republicano se mostró más innovador y consciente del papel
propagandístico del cine. Las diversas productoras cinematográficas españolas
existentes durante el conflicto bélico nos recuerdan que el cine tuvo un lugar
importante como medio de comunicación. Casi todos los principales organismos
públicos, partidos y sindicatos dedicaron una atención especial al cine. Pero
no siempre los testimonios se debieron a operadores españoles, porque la
expectación despertada en la opinión pública mundial por nuestra Guerra Civil
atrajo a nuestro país a muchos cineastas extranjeros.
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